En los últimos se han llevado a cabo todo tipo de estudios e investigaciones relacionados con el desarrollo sostenible. El objetivo de la mayoría de ellos es establecer el nivel de conocimiento que tiene la población al respecto, analizando los comentarios de las personas que habitan en las ciudades con los mayores índices de consumo. Esto es algo muy importante, pues solo a través de la concientización de las masas se pueden plantear soluciones claras y efectivas.
Entre los métodos más empleados se encuentran las sesiones de grupo, mediante las cuales se han logrado conseguir opiniones sobre aspectos como la agricultura y los métodos de cultivo involucrados. De este modo, se ha podido evidenciar que muchos tienen un desconocimiento generalizado, especialmente sobre los problemas relacionados con el medio ambiente y el desarrollo social.
La realidad antes descrita demuestra que los consumidores urbanos, aquellos pertenecientes a la clase media, están desconectados de las diferentes medidas que se están realizando alrededor del mundo. Aunque muchas de ellas son motivadas por organismos internacionales como la ONU, también es necesaria la participación del sector privado.
De este modo, es muy importante que las empresas tomen la iniciativa, trabajando en conjunto con proyectos que ayuden a concientizar a las personas desde temprana edad. El Grupo Lucas, por ejemplo, brinda su apoyo en talles pedagógicos que buscan enseñar a los niños los diferentes beneficios del consumo de verduras. Así se buscan combatir problemas como la obesidad y garantizar una alimentación balanceada, algo que se verá reflejado en una mejor calidad de vida para las futuras generaciones.
Hay muchos aspectos a tomar en cuenta cuando se habla de una agricultura sostenible, pero no cabe duda que los más importantes están relacionados con la preservación de los recursos naturales, permitiendo mantener y contribuir con la biodiversidad. Los métodos empleados en los cultivos deben ser capaces de generar un mínimo impacto en la fauna y flora de la zona.
Asimismo, tienen que descartarse por completo el uso de productos que tengan efectos adversos en la salud de los consumidores. Los químicos sintéticos son usados con el objetivo de mejorar la producción de los cultivos y protegerlos de agentes agresores. Sin embargo, en muchos casos los herbicidas, fertilizantes e insecticidas que son empleados traen grandes problemas, tales como la contaminación del agua y los terrenos. Pensando en esto, es importante exigir el uso de productos que no generen residuos que resulten dañinos para el medio ambiente, y no afecten la salud de los consumidores finales.