Un mal momento para que se estropee el coche

Suele pasar que justo cuando más necesitas el coche, va y se estropea, unos lo llaman karma otros la ley de Murphy el caso es que siempre pasa en el momento menos adecuado.
Tienes que ir al trabajo, a una fiesta, de vacaciones, al trabajo…cualquiera de estos momentos es bueno para que el coche no arranque.

A mí me paso, justo cuando tenía que ir a una boda, imaginaos con mis taconazos, mi vestido largo y mis pendientes brillantes, con el moño y las uñas recién pintadas y tirada en la carretera que me llevaba al parador en el que se celebraba la boda. Yo no sabía si reis o llorar, por lo que cerré el coche y me dispuse a llamar a un taxi, que tardó un rato en llegar, que sumado al que tardamos en llegar al parador, me perdí media ceremonia, llegué en el sí quiero, mi amiga no me lo va a perdonar jamás.

Bueno la cuestión es que tras la fiesta de la boda al día siguiente el seguro se encargó de llevar el coche hasta un taller a mi elección, por lo que elegí el de toda la vida. Allí me dieron la pésima noticia de que el problema estaba en el motor y que habría que cambiarlo. ¿Y ahora qué hago? Pensé en dejar el coche para la chatarra, pero es que es el único que tengo. El señor del taller me aconsejó visitar motoresdesegundamano.es ya que no perdía nada preguntando.

Menos mal que le hice caso al señor del taller mecánico, conseguí un motor para mi coche de segunda mano, lo cual fue un verdadero ahorro, lo repararon inmediatamente y ahora va a la perfección, incluso le hemos alargado la vida al coche unos cuantos años más ya que de motor va a estar perfecto los próximos ocho años. Me lo tomo como una inversión a largo plazo, así evito quedarme tirada en futuros acontecimientos, o mejor aún me iré directamente en taxi o con alguna persona que me quiera acompañar.

Y es que las malas jugadas del destino pueden ocurrir en cualquier momento, por eso debemos de estar siempre preparados para lo que pueda ocurrir y tener amigos hasta en el infierno que nos puedan a aconsejar a la hora de tomar decisiones tan importantes como la de qué hacer con el coche cuando se estropea.